Tratamiento

 

   Un diagnóstico de SIDA no necesariamente equivale a una sentencia de muerte. Muchas personas aún pueden salir beneficiadas al comenzar una terapia antirretrovírica, incluso una vez que hayan desarrollado una enfermedad característica del SIDA. Hoy se han desarrollado mejores tratamientos y medidas preventivas para las infecciones oportunistas a fin de mejorar la calidad y el tiempo de vida de las personas infectadas.

   El tratamiento de algunas infecciones oportunistas es más fácil que aquel que se utiliza para otro tipo de infecciones. Las infecciones tales como el herpes zoster y la candidiasis de la boca, garganta o vagina, pueden tratarse en forma eficaz en numerosos entornos. Por otro lado, las infecciones más complejas, tales como la toxoplasmosis, deben tratarse con equipos e infraestructura médica de avanzada. Lamentablemente, muchas zonas de pocos recursos no cuentan con estos equipos. También es importante que se proporcione tratamiento para lidiar con el dolor provocado por esta infección, el cual es experimentado por todas las personas que se encuentran en los niveles avanzados de la enfermedad.

 

   Aunque el tratamiento antirretrovírico puede evitar la manifestación del SIDA en una persona que vive con el virus del VIH, a numerosas personas se les diagnostica SIDA en la actualidad. Hay cuatro razones principales para esto:

· En algunos países con pocos recursos, el tratamiento antirretrovírico no es accesible para todos. Incluso en los países más ricos, tales como los Estados Unidos, muchas personas no poseen seguro médico y no pueden afrontar el gasto económico de un tratamiento.

· Algunas personas que se han infectado en la primera etapa de la epidemia antes de que la politerapia fuera accesible, han desarrollado resistencia a los medicamentos y en consecuencia, sus opciones de tratamiento se han restringido.

· Muchas personas nunca se realizan la prueba de detección del VIH y solamente conocen su estado cuando desarrollan enfermedades relacionadas con la infección. Estas personas poseen un riesgo mayor de mortalidad, ya que responden más negativamente al tratamiento en esta etapa.

· A menudo, las personas que realizan el tratamiento no pueden cumplir con la ingesta de medicamentos ni tolerar sus efectos secundarios.